martes, 8 de abril de 2008

La sociedad de hoy quiere tener dinero y ser feliz

¿Qué es riqueza? Para un arquitecto sería tener proyectos que le permitieran ganar mucho dinero. Para un ingeniero desarrollar sistemas que sean útiles y muy bien pagados. Para un médico tener muchos pacientes y poder comprar una casa grande y bonita. Pero para otras personas riqueza significa otra cosa, como por ejemplo para un ciego sería ver la luz del sol y a la gente que ama. Para un sordo es escuchar el sonido del viento. Para un huérfano sería tener padres y una familia. De esto podríamos concluir muchas cosas de las cuales podemos destacar que no hay que medir la riqueza por el dinero que se tiene, sino que por aquellas cosas que no se cambian por dinero.

Buenos días profesor y compañeras, ya habrán sacado sus conclusiones acerca de lo que acabo de comentar. Mi nombre es Paulina Aguila y el tema que hoy expondré tiene mucha relación con lo dicho recientemente. Es una mezcla de lo que vivimos a diario en nuestra vida cotidiana: búsqueda de la felicidad y el famoso dinero. Fácilmente podríamos relacionar ambas cosas, ya que la sociedad en la que vivimos ha hecho que en nuestra mente quede estipulado ese vínculo. Sin embargo, aunque mucha gente diga que el dinero no hace la felicidad, pero si ayuda bastante, es importante y fundamental definir lo que es la felicidad en sí.

La felicidad es un estado del espíritu en el que no es más feliz quien más dinero tiene, sino que aquel que tiene un alma rica y sabe mirar la vida de otro modo, de un modo que difícilmente pueden hacerlo las personas que tienen mucha plata, sabiendo recoger los pequeños placeres sin necesidad de un gran esfuerzo, ya que lo tienen inserto en sus mentes como una forma de vida. La felicidad está compuesta por instantes, algunos que duran bastante tiempo y otros que son más fugaces. Para cada uno tiene un significado especial, como una sonrisa, una mirada, el calor familiar, un descubrimiento, una meta cumplida, una vida que llega, en fin… ¡Son tantas cosas! A lo dicho recientemente podríamos decir que hay variadas maneras de ver y sentir la felicidad sin necesidad de cosas materiales, sin necesidad de gastar dinero para pasarlo bien, sin necesidad de hacerle caso a la mayoría de la sociedad al relacionar estos dos términos que a estas alturas de la vida nos son ya bastante familiares como para tener una opinión crítica sobre ellos.

Estamos en tiempos de tomar importantes decisiones compañeras, estamos en tiempos en los que hay que madurar y percibir la vida tal como se nos presenta. Con lo que acabo de mencionar me refiero a lo que queremos hacer de nuestra vida al tener que dejar los estudios de enseñanza media para ir a parar a un edificio extraño a nuestra vista en el cual tendremos que saber estar durante otros 5 o 6 años de nuestra carrera estudiantil. ¿Tenemos claro la carrera que nos gustaría seguir? ¿Lo haremos porque nos apasiona o porque simplemente el sueldo que ganaremos nos servirá para cubrir todas las necesidades básicas, teniendo la posibilidad de llegar incluso a poseer una cantidad de dinero con el cual podríamos hacer felices a todas las personas que más amamos en la vida? ¿Cuál es la elección correcta? Suena simple la respuesta, porque es lo más lógico y obvio a contestar en mentes materialistas y cómodas; como también para el otro lado: personas que son simples y despojadas de todo escrúpulo capitalista acerca de los estatus sociales. Pero cuando se establecen éste tipo de prioridades acerca de los objetivos de la vida, lo que la gente debería pensar cuidadosamente es en el impacto que los resultados tendrán en el futuro en nuestro bienestar tanto físico como psicológico. Igualmente hay que ser conscientes de que el organizar nuestras vidas en base al dinero podría implicarnos problemas en otros valores como por ejemplo dedicar 12 horas al día a hacer algo que odiamos.

Tomándolo por otro lado cuando vemos en la televisión un spot publicitario en el que se nos presenta una familia feliz debido a la utilización de un producto determinado, ¿Qué es lo que pensamos? ¿Acaso nos decimos: ‘‘La felicidad que toda persona de esta sociedad desea se encuentra en aquél objeto’’? ¡Por supuesto que no, chicas! El ser humano del siglo XXI ya es lo bastante consciente del mundo que lo rodea como para pensar esa porquería, es lo bastante inteligente como para notar y sacar la conclusión de que el hombre globalizado y capitalista es cada día más insensible con sus pares, es cada día que pasa más poderoso sobre las personas civiles ignorantes del tema que lo único que pueden hacer es acatar a lo que por sus ojos y oídos entran. Son ese tipo de personas sometidas y que no piensan más allá del tipo de vida que les ofrece la sociedad, son personas incapaces de ver la felicidad reflejada en su hijo que está a su lado sonriendo y gozando de una buena salud mientras ellos como embobados miran una pantalla que lo único que hace es mostrarles una felicidad falsa, una dicha que no es parte de nuestra realidad, sino que de una que está muy lejana de nuestro estilo de vida.

Otra cosa que se relaciona con este tema es que a la economía actual no le interesa que los consumidores sean felices, sino que le interesa que consuman. La relación está en que las sociedades convencen a las personas de que el consumo les traerá la felicidad, cosa que es falsa y ha sido comprobada por una encuesta que realizó el centro de investigación New Economics Foundation en un estudio basado en niveles de consumo, expectativa de vida y felicidad, que demostró que el bienestar no estaba necesariamente relacionado con el nivel de consumo.

Otra cosa bastante importante relacionado con este tema es que en muchos casos lo que no nos permite ser felices es según el psicólogo Daniel Gilbert, experto en el tema, que el hecho de tener más posibilidades de elección no significa necesariamente ser más feliz. Con esto me refiero a que cuando se nos presenta una situación en la cual tenemos que escoger entre muchas cosas, lo único que sacamos con eso es frustrarnos y entrar en la duda de cuál sería la alternativa correcta a escoger. En cambio si nos ponen solo una opción de elección nos contentamos con lo que nos están dando, llegando a ser más felices que teniendo otras alternativas abiertas. Lo malo en esta observación es que la sociedad cree ser más feliz cuando se les da la oportunidad de escoger, por lo tanto en ese estado las personas se frustran de un modo tal que no les permite ejercer una felicidad y satisfacción plena.

Como conclusión acerca del tema que hemos tratado es que la sociedad cada día que pasa convierte más y más sus ideales en un pensamiento netamente capitalista, llevando consigo una especie de mala enseñanza con respecto a lo que las personas del futuro se podrían convertir con más dinero cerca, dejando la posibilidad de pensar que podríamos cumplir sueños de viajes, estudios, etc. Aún sin tomar en cuenta las cosas que el dinero no puede comprar. Personas que creen tener una inteligencia superior a las de las demás personas que conforman una sociedad, tratan de manipularnos y meternos en la cabeza que consumamos porque al hacer esto obtendremos felicidad, junto con esto nos ponen muchas opciones para consumir, muchos locales que nos ofrecen productos a igual precio, esto hace que nos frustremos y caigamos en esa duda innecesaria por escoger lo correcto. Compañeras, juntas somos el futuro de un país que está siendo llevado a mentalidades como la que acabo de exponer, podemos transformar todos los problemas sobre dinero que tengamos en felicidad; felicidad por tener una familia, en felicidad porque nuestras amistades se encuentran bien, hay muchos motivos con los cuales ser felices, solo que la vida en la que estamos siendo enseñadas nos esta poco a poco cubriendo los ojos con una venda, y lamentablemente esto llegará hasta el día en que el hombre no sea capaz de sonreír ni caminar libremente sin la obligación de pagar por ello.

¡Gracias!

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Te Amo.

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Y mientras ellos sueñan, yo silenciosamente hago mi sueño realidad. Un sueño junto a ti.

OH!

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Paulina, esa soy yo. Amo la ropa, especialmente las poleras y pantalones. ¿Algo para beber? Sería una Fanta, siempre lo es. Para dormir, mil almohadas. Para comer, una pizza gigante. ¿Bailar? Todo lo qe venga. Muy cariñosa, desearía lo mismo para mi. Desorden en todas partes ¿Alguien quisiera recojerme la ropa?. Quiero mucho. Tendría espejos estáticos en todo mi entorno. Mis uñas son lindas, pero antes eran más cuidadas. Odio mis labios. Desearía un pelo decente. Grito I'm Free (8). Canto Nach y mucho más, pero canto sola y muy bonito. Dame besitos en la cara y te amaré. Abrazame.