Sonrisas.

A veces te levantas por la mañana y te sientes solo; no te vistes, no te afeitas, solo vives encerrado. A veces no sabes cómo, pero la vida te deja de lado. Te marchitas cual hoja caduca con la llegada del otoño cada año. A veces, sin embargo, tu vida da un vuelco, aparece ese rayo de luz capaz de alumbrar el desgastado suelo, tu camino, tu sino. Una flor renace en ti cuando con agua riegas el corazón del que a tu vida da sentido. Por eso Quiere, nunca olvides ese abrazo, no creas que ese beso caerá pronto en el olvido. Y es que en serio, a veces con poco se puede lograr mucho en este mundo en ocasiones tan falto de cariño.

Recuerdo esos días, cuando tú te convertiste en mi escudo y soportabas por mí la fuerza de huracanes que intentaban cambiar mi rumbo. Recuerdo cómo con cada caricia que guardaste, que no diste, en mi interior mi pobre corazón maldecía este lugar. Es por eso que ya, ahora, quiero ser capaz de pagar con la misma moneda: convertirme en la estrella del cielo al que miras cada mañana. Añoro esos días cuando nada importaba, cuando una sonrisa permanecía en tus labios marcada... Quiero volver a encontrarla. Ese es mi sueño, mi máximo deseo en estos días de oscuridad donde las tinieblas marcan para todos la tristeza. No es para mí la belleza lo que se vea reflejarte en el espejo, sino lo que enseñas cada mañana al mundo. Gracias sonrisa porque dais la vida a esta niña.