La codicia ha contaminado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de envidia, de rencor, nos ha llevado a la miseria y a la matanza.
Hemos crecido demasiado deprisa ¿Y de qué ha servido?. La tecnología que proporciona abundancia nos ha dejado en la indigencia. Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia duros y vacíos. Hemos empezado a pensar, pero hemos dejado de sentir. Nos hemos convertido en Esclavos del Destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario