Es algo que no tiene sentido. Una lucha diaria contra los problemas e impulsos. Es estar mal, sentirse infeliz. Es preocuparse cada minuto y llorar todos los días. Es mirar al lado y decir, quiero alegría. Es mirar hacia atrás y desear que vuelva a ser lo que era.
Cuando se abandona el objetivo principal de tu vida y existencia ¿a dónde vas? ¿hacia dónde corres? Piensas que antes ni te cuestionabas esas preguntas, pues las respuestas relucian en tus ojos, y corrias y corrias en busca de su ayuda, deseando sentirte feliz como lo solías hacer. Sintiendo melodías que te envolvían y te hacían sonreir. Pensando cada segundo de tu vida en seguir deseando, sin poder imaginarte el fin. Era imposible.
Ahora que diferencias te empujen a actuar de una forma que tu nunca imaginaste hacer, a tomar desiciones para un bien, no pensando en lo que se tiene ni en lo que se puede llegar a tener o construir, te hacen despertar del sueño y reconoces la vida tal y como es. Ves un mundo que era tuyo sin corazones, y enseguida te das cuenta de que ya no es para ti, y sigue estando ahi, pero es solo una simple atadura.
Y tu interior ruega por tener la posibilidad de gritar TE AMO. Lamentablemente no puedes permitirle tal cosa. Si el orgullo es fuerte, el enojo lo es aún más. Y ahí, te prometes no doblar tus pensamientos y haces que nadie sea capaz de hacerte cambiar de opinion. Una lagrima cae por tu rostro y te haces trizas por dentro. Deseas no amar como lo haces y te das el tiempo de cuestionar lo que sientes sabiendo que eso sigue estando intacto, y es lo mismo que hace 14 meses. No quieres amar.
Te ries. El nerviosismo te hace temblar. No quieres más u.u
Los problemas al final fueron más grandes que los sentimientos. Pues unas simples piedras nos hacen tropezar y por fin caer, y no precisamente uno sobre el otro, si no que lo más alejados posible, como sintiendo asco o rescelo. ¿Y tú qué dices?
Ya no. Ya no más
No hay comentarios:
Publicar un comentario